Sequía en Sinaloa
Guerra de Israel y Hamas en Gaza
El 7 de octubre de 2023, en redes sociales y medios de comunicación locales se empezó a reportar un ataque en la Franja de Gaza, territorio que divide los estados de Palestina e Israel en el Medio Oriente.
Los primeros informes públicos señalaban una incursión terrestre de Hamás, organización política y paramilitar palestina, a las comunidades fronterizas de Israel. El enfrentamiento consistió, principalmente, en lanzamiento de misiles desde Gaza, que fueron detenidos por el sistema de defensa israelí, y ataques armados contra la población civil israelí. Sin embargo, un elemento fundamental en la táctica utilizada por Hamás fue el secuestro de nacionales y extranjeros, que, hasta el momento, no ha liberado en su totalidad.
Es probable que los civiles secuestrados sean uno de los elementos de negociación más estratégicos con los que cuenta la milicia palestina, considerando la desventaja de capacidades armamentistas y tecnológicas frente al Ejército israelí, por lo que, podría esperarse una correlación entre el cese al fuego de Israel y la liberación de los secuestrados por parte de Hamás, junto con los posicionamientos que se establezcan en la comunidad internacional.
Cabe recordar que el conflicto israelí-palestino tiene una importante influencia extracontinental. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la “Cuestión Palestina” habría iniciado con la administración británica del territorio palestino en 1922, su respaldo a la inmigración judía y la ocupación israelí de territorio palestino, provocando enfrentamientos constantes desde esa época. Por ello, en las negociaciones para estabilizar la región tuvieron que intervenir actores externos como Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU (conocidos como el Cuarteto).
Actualmente, Estados Unidos continúa ejerciendo una influencia notable en el conflicto, tanto en el fortalecimiento de las capacidades militares de Israel, como en el cabildeo internacional para denunciar las acciones de Hamás y promover bloques de apoyo para la población judía. Mientras tanto, los países periféricos como México y las demás naciones de América Latina podrían enfrentar afectaciones por cadenas de suministro de comercio exterior interrumpidas y fluctuaciones en los precios de los energéticos, que, si bien ya presentaban consecuencias en la inflación por la guerra entre Rusia y Ucrania, y la pandemia por COVID-19, podrían mantener la tendencia negativa en el crecimiento económico. A esto, habría que agregar las olas migratorias de población árabe que estaría buscando alejarse de la zona de conflicto, y que podrían encontrar en el Continente Americano una opción viable para reubicarse.